Hoy os traigo otra banda del sello «Satanath», de su sección «Symbol of Domination».
Portada del disco |
Con un estilo propio basado en el doom este trío de Wichita, (Kansas), nos traen su nuevo disco con 9 cortes brutales. Con una musicalidad oscura y, podría decirse, podrida crean un ambiente opresor cuando se les escucha. Con unas letras basadas en la oscuridad y la muerte que son lanzadas contra nuestros oídos con una voz de ultratumba, pesada y rota. Acompañada de un sonido macabro, que roza el horror, de las cuerdas afiladas del bajo de Rob Harris y la guitarra de Mark Anderson que a su vez es lo voz de la destrucción de la que hablaba antes. El golpeó de batería se lo dejan a Chris Johnson. Y entre los tres llevan unos tiempos muy pausados y lentos que ayudan a crear ese ambiente del que hablaba antes. Con momentos más acelerado, nos harán imaginarnos corriendo por un cementerio escapando de miles de horrores que quieren atraparnos para destruir nuestra alma y cuerpo de las formas más salvajes posibles.
Este redondo de «Bestialord» arranca con fuerza, una intro de sonidos extraños nos sumergirá de golpe en el mundo tenebroso que nos espera, la guitarra y el bajo nos saludarán con un riff que irá subiendo en intensidad para que luego la batería entre machacona y continúe el dolor a la vez que la voz nos cuenta que nos depara en «The Doom that came». A destacar el punteo agudo cercano al final y la conversación final entre guitarra y bajo.
«Vermin» el segundo tema empezará más crudo, con una voz rabiosa que se va enfadando y con un momento que nos pondrá los pelos de punta con un eco. El sonido sigue en su línea pero con una guitarra que se sale por encima de todos para marcar el inicio de su frase, corta y precisa. Con un final apoteósico en el que oiremos como la Muerte de se hace grande.
El tercer tema será más afilado, mas pensado para disfrutar de la guitarra pero con un bajo sonoro que mantendrá la melodía a la par que la batería y que se irán acelerando según avanza el tema, con un estribillo que nos recordará el nombre del tema; «All fall down». Buenos riffs y cambios de ritmos para dejar que la oscuridad nos invada.
Cerca del ecuador nos encontramos con el tema que da nombre al disco, y podríamos decir que el principal, igual que el anterior rápido y directo, con alguna caída para darle ese tono pesado que acompaña a todos los temas. Una batería muy trabajada acompaña toda la melodía, incluso cuando la guitarra se viene arriba y lo tapa todo con sus momentos personales, siendo los más largos del disco, punteos que rasgan el sonido, afilados como la guadaña de la Parca.
Pasado la mitad del disco sigue la caña, «Marduk Kurios» tiene la esencia del disco pero es la más rápida y sin casi cambios de tiempos, con el punteo más largo y trabajado la voz nos narrará una leyenda macabra.
La banda |
Esta «I am the Pain» es la que más me ha gustado. Sigue la estela de la anterior, con una melodía parecida, pero más trabajada y con algún cambio pesado y un bajo espectacular que destaca bastante, la letra es cojonuda; «you will pray for death» nos gritan a los oídos en este particular descenso al infierno. Acompañando nuestras torturas con una guitarra chillona en un único momento corto pero inolvidable y un gran juego de riffs y líneas que crean una de las melodías más oscuras del disco. Para acabar gritando a coro el titulo de la canción y cerrando de golpe como quien deja caer la tapa de un ataúd mientras el de dentro grita y llora.
La penúltima es una declaración de intenciones de la banda, una oda a la Oscuridad y el abismo con una melodía sencilla, un poco plana, pero funcional para el tema más largo. Un solo más heavy y evocador, que se convertirá y cambiará hacia el sonido más propio de la banda para terminar con la repetición de unas frases que se repetirán hasta el final, con un leve cambio según se va haciendo más salvaje la letra y nos va buscando la Muerte en esta «Loathed be thy name».
Otra intro, de segundos, nos sacará un momento de este horrible viaje para que en un momento nos explote el sonido en la cara, trabajo perfecto de batería machacona para hacernos mover la cabeza, acompañada de sus hermanos de cuerdas, «Above the Vaulted Sky» es una gran transición para el cierre del disco.
«What is the end» es, también, de las mejores, lenta, pesada, oscura, podrida, agobiante, hermosa. Ritmos más pausados que en todas las anteriores, una letra pesimista y que pesara como una losa gracias a la voz, mucho más grave y atronadora. La guitarra aquí gana fuerza sobre una melodía que se va apagando poco a poco, pero que no se irá de la cabeza al igual que esos mensajes sobre la muerte y la vida que nos lanzan.
En definitiva un disco imprescindible de los amantes de la música más oscura y pesada, tanto a nivel auditivo como de letras. Esta es una de esas bandas que sé qué me será casi imposible ver en directo pero me encantaría.
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