31/3/17

Concierto «Kalte Sonne» + «Kitsune Art» + «Bostok»

El pasado día  25 algunos charros pudimos disfrutar de un ataque a tres bandas a nuestros oídos.

Kalte Sonne
La noche empezó oscura con «Kalte Sonne», grupo de post metal que encandilo a todos los presentes. Desde Lugo este trío nos hizo viajar sin salir de la sala. Sentimos en cada tema como una parte nuestra salía flotando, en una especie de paseo astral con billete de ida a ninguna parte, a esa ninguna parte a la que vamos a descansar, a relajarnos, a encontrarnos con nosotros mismos y disfrutar del sonido que nos arrebata la consciencia.
Con una puesta en escena muy particular, y creo que hasta ahora nunca vista en la Bunker, sin luces de ningún tipo, tan solo su particular sol para iluminar el centro del escenario, y una proyector en el que se sucedían las imágenes para ayudarnos a realizar esa aventura espacial que nos querían hacer vivir.
Con temas instrumentales y largos, creo que todos o casi todos, superaban los diez minutos con una sonoridad espectacular, como piezas claves tenían la limpieza y la técnica, pues era increíble verles tocar. Desde punteos a juegos a distorsiones, y lo que más me flipó y llamó mi atención, el hecho de qu ese grabasen en directo algunos riffs para luego lanzarlos en otra parte del tema. Aquí podíamos ver a Miguel al bajo, creando sonidos agudos con su 4 cuerdas a la vez que líneas graves, más propias de su instrumento, con una facilidad pasmosa. frente a él y con la seis estaba Ángel. Mostraba un dominio y virtuosismo tremendo de la guitarra, con riffs pensados para desencajarnos el cuello y así ayudarnos a volar lejos de nuestro forma corpórea. Para el final dejo a Víctor, el que estaba atrás y con las baquetas. Desde su ventajosa posición redondeaba cada pieza con frases de membranas y platillos, para dar ese toque rítmico y de mantenimiento y continuidad a las canciones, evitando que se perdieran en el tiempo debido a su duración.
Lo único de lo que puedo quejarme, y es una gilipollez, es del hecho de la falta de luz para hacer las fotos, ya que me daba cosa tirar de flash, para evitar romper la estética que habían creado.


FOTOS KALTE SONNE


Tres de Kitsune Art

Los segundos en salir a escena fueron los madrileños «Kitsune Art». Grupo de metal, con toques de bandas de mediados y  finales 90 y principios de los 2000. Pero aún teniendo unas influencias muy claras y reconocibles, en según que temas, tenían su propia personalidad, conseguida de mezclar y juntar estilos, pero a destacar el metalcore. Riffs potentes y machacones con momentos de cierta suavidad, tanto vocal como musical. Puede que demasiados marcados para mi gusto, hubiera molado partes crudas con voz suave, manteniendo la tralla de cada tema. Si que me gustaría destacar el bombazo que dejaron para el final «Keep the flame inside», ya que me pareció su tema más «duro» y contundente, con momentos muy buenos. (tiene videoclip en YouTube, por si os interesa). El quinteto tenia un juego de guitarras decente, con punteos rápidos y cortes interesantes, los encargados eran José Carlos y Fernando, ambos con gran maestría tanto en melódicas como en líder. El de las cuatro cuerdas, Carlos, con un control casi matemático de las cuerdas, con frases de redondeo del sonido para darles ese toque grave que siempre hace falta. En la batería y acabando de cuadrar cada tema con mucha caña estaba Jon, aporreando sin piedad y jugando con los tiempos para crear la base de cada corte, dándoles una riqueza abrumadora.

FOTOS KITSUNE ART

Bostok

Para cerrar la noche los valencianos «Bostok» salieron para darlo todo sobre el escenario. Compartiendo estilo con los anteriores, pero con matices muy diferenciadores. Para empezar este quinteto lleva un juego de dos voces, y los graves y poderosas quedaban a cargo de Sergio, vocal principal. Destacar su vozarrón fuerte y roto, dando puntos enteros a cada tema y más teniendo en cuenta las letras que cantaba. Junto a él se podía oír a Manel a los coros y con las voces más suaves y liricas, dando una riqueza tremenda y haciendo que no fuera tan pesado los cambios de un tipo de voz a otro. Además de dejar que las voces estuvieran tanto en las partes crudas como en las suaves de los cortes. Y eso es algo que quedaba muy bien, y en el disco se aprecia bastante mejor y se hace muy escuchable. Pero Manel no solo cantaba, a sus manos la seis cuerdas iba rápida y afilada, con riffs, punteos y cambios correctísimos, jugando muy bien sus cartas en cada parte, lanzando notas sin parar con cortes medidísimos y perfectos. El bajo tiraba sus frases en consonancia y redondeando las piezas, con partes más fuertes y otras más de relleno, pero Moisés no se quedaba atrás y demostraba su buen trabajo en cada momento. Para dar un aire mucho más personal al grupo teníamos a Senent con los sintes y lanzando efectos ambientales desde su keytar. Al final el trabajo de golpeo de Joan estaba para encarrilar cada composición, manteniendo los tempos y marcando esos momentos de subida y de bajada propios de su estilo. 


FOTOS BOSTOK


En definitiva una buena noche en la que pudimos disfrutar de tres bandas, venidas cada una de un punto del país con una propuesta personal y que gusto a propios y extraños.

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