El sábado cuatro de
marzo la gente de la Nave Bunker de Salamanca nos prepararon un concierto con
un trío de grupos increíbles. Tres estilos distintos entre ellos pero unidos
por la caña y el buen hacer.
Los primeros en salir a
destrozar nuestros cuellos fueron los salmantinos «Absalem», grupo que daba su
primer concierto. Con el metalcore por bandera y durante casi una hora
demostraron lo que saben hacer encima de un escenario. Muchos ya sabéis lo que
pienso de este género y su dualidad bipolar en las voces, pero estos chicos
dieron tralla de la buena. El quinteto dio pocos segundos de respiro entre tema
y tema, salvo dos momentos puntuales de cambio de cuerdas. Pero sus canciones salían
directas a atacarnos y destruirnos. Desde atrás, y sentado, Víctor golpeaba sin
miramientos con sus baquetas creando la brutal base que serviría para que los
compañeros de cuerdas encajaran sus riffs, con soltura cambiaba a tiempos más
lentos para enlazar con agresividad en las partes más fuertes de cada tema. A
la percusión le iban de lujo las líneas graves del bajo de Oliver, quien además
entró hace relativamente poco a la formación, sus cuatro cuerdas restallaban bajo
la digitación que realizaba tanto en mástil como en el cuerpo, en sus frases
cambiaba de traste vertiginosamente y en las partes en las que rompían el
sonido se notaba su entrada, abriendo hueco para las dos seis cuerdas. Aquí el
trabajo de riffs y punteos destacaba por lo cuadrado que estaba todo. Había
momentos de espejo en los que Miguel y Álvaro parecían una sola persona, pero
lo bonitos y lo que era una pasada eran los despuntes de solos y en esos
momentos más melódicos en los que se compenetraban a la perfección para crear armonías
que se abrazaban y encajaban como dos piezas de puzle pensadas y creadas solo
para ese momento. Si tengo que decir que eché en falta algún breakdown brutal y
pesadote, pero esa sería mi única queja. Para el final queda la voz de Gin, la
encargada de guiarnos por la propuesta general de la banda, con partes liricas
que eran devoradas sin piedad por unos guturales salvajes y potentes para
crear, como dije antes, esa dualidad vocal de este estilo. En conjunto un grupo
que puede que sonara un poco alto, pero que mostro en este primer bolo toda su
fuerza y de los que son capaces de hacer y lo que es mejor, mostrar que tienen
mucho camino que andar y que en cada paso irán hacia arribas con fuerza.
FOTOS ABSALEM
The Roots of Tanuki |
De segundo plato los
charros «The Roots of Tanuki» grupo del que ya he hablado varias veces en el
blog y poco más tengo que añadir a todo lo dicho antes. Como mucho puntualizar
su gran mejoría, ya que en cada concierto van marcando su personalidad y su nueva
bajista, Marina, ha entrado a tope y encaja a la perfección con su particular sonido
de bajo. Andy sigue aplastando con sus riffs de una tonelada y Jimbo
demostrando que su fuerza a la batería es enorme, con los cambios de tempos medidísimos
y muy bien jugados. A la voz Robert sigue con sus voces rotas y gritonas, para
dejar claro la rabia que sale de toda la banda.
FOTOS THE ROOTS OF TANUKI 3
Hate in Veins |
Para acabar la noche,
los únicos que vinieron de fuera, los asturianos «Hate in Veins». Con una propuesta
más hardcoreta que las otras bandas salieron al escenario a por todas. Sin
tiempo de descanso lanzaban canciones como quien lanza puñetazos en una pelea a
vida o muerte. Cada corte era un golpe a nuestro cuerpo que no nos dejaba estar
quietos, que nos obligaba a movernos. Los cincos del norte no pararon quietos
en ningún momento, mostrando que se le estaban pasando como enanos encima de
las tablas y transmitiendo esa energía a los que estábamos abajo. Empezaré por
el vocal Héctor, con la voz correcta para el estilo, ronca, alta y gritona, las
letras salían disparadas desde el fondo de su garganta empapadas en odio para
que el mensaje de cada canción quedase claro. Edu al bajo entre pisotón y pisotón
al suelo rasgaba con su púa las enormes cuerdas para crear esa base rítmica necesaria
para las guitarras, a destacar varios momentos que tuvo de protagonismo con líneas
propias y las roturas de ritmo eran una losa que caía encima nuestro desde más
allá del cielo. Los de los extremos se encargaban de las cuerdas más agudas,
con punteos veloces y melodías estructuradas en su particular juego de cambio
de voces, Sergio y Adrián cambian de melódico a solista en cuestión de
segundos, con algún riff machacón para ayudarnos a entrar en su música. El de
atrás golpeaba fuerte y seco, las baquetas de David caían pesadas sobre las
membranas y los platos al igual que lo hizo el Nazareno bajo su cruz de madera,
ritmos salvajes y sin descanso con un bombo que aturdía y nos desorientaba para
que las cajas y las bases nos movieran hasta la extenuación.
FOTOS HATE IN VEINS
En definitiva una noche
bestial con bandas que hicieron que el Bunker estuviera más movido que de
costumbre, con un público entregadísimo a todo lo que tocaban.
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