El viernes 8 de junio se celebró en Salamanca, en la Nave Bunker, esta unión de salvajismo a tres bandas, organizado en parte, o en totalidad no sé bien, por la gente de «Exhumed».
Voz, guitarra y batera de «Distrauma» |
La noche empezó con la banda de Córdoba «Distrauma» un cuarteto de rollo hardcore crust, potentes y oscuros, con una voz más narrativa como si cada canción fuera un poema urbano y oscuro. Con un batería y un bajo muy cercanas al punk con esa velocidad tan común de ese género pero unas guitarras mucho más cuidadas con punteos y solos afilados. Crearon un buen ambiente para los asistentes y prepararon el camino para el resto de sus compañeros, una banda muy propia y que bebe, según creo yo, de ese punk más combativo de los 80-90.
FOTOS DISTRAUMA
Guitarra y voz de «Bataälla» |
Los segundos fueron los de Esukadi, «Bataälla». Grupo con un estilo semejante a los anteriores pero más salvajes y directos, con las voces más crudas y gritonas, más rabiosas si cabe. Con un batera que no descansaba, salvo para lanzar soflamas contra todo lo podrido de este mundo y contra todas las injusticias sociales a las que hay que dar voz. El bajo tiraba líneas propias del hardcore, gordas, sonoras y aplastantes. La guitarra aquí iba a toda hostia, algún momento más puntual y solitario pero que pasaba en un suspiro para seguir con un riffs oscuros, en especial recuerdo una intro que tocaron que era increíble, lenta y agobiante, cercana a la oscuridad de un grupo doom. Una banda muy a tener en cuenta.
FOTOS BATAÄLLA
Voz y guitarra de «Teething» |
Como plato final los enormes «Teething», venidos desde Madrid trajeron un grind salvaje y apocalíptico. Canciones rápidas y sin descanso, acojonante sus cinco temas en cinco minutos. Con una puesta en escena bestial, un cuarteto que trabaja como una triturada de riffs y dejaba caer la masa informe, sangrantes y viscosa sobre un público entregado, al menos en el sector pogo y bailoteo de delante. Aquí la voz de Luisifer es gurutal y chillona, si las otras bandas traían la rabia él traía el odio y cada gesto que hacia estaba medido acorde a las letras sucias y brutales que berreaba. La batera tenía una importancia elegante, con unos platos restrallaban y acompañaban las explosiones de las membranas a una velocidad endiablada. Las cuerdas, tanto bajo como guitarra debían seguir al que estaba sentado, imaginaros en un carretera recta de miles de kilómetros y un Dogde Charger conducido por un loco que no sabe que existe el pedal del freno, pues aún así no les alcanzaría. Y eso ayudaba a crear ese ambiente de potencia y furia, pero no podemos olvidar los breakdowns que nos hacia bajar el cabezo hasta el suelo para volver a subir y partirnos la espalda al ritmo de esta gran banda.
Uno de esos directos que difícilmente olvidaran los asistentes.
FOTOS TEETHING
Para acabar decir que fue una gran noche, con tres bandas enormes que salieron a darlo todo y a hacernos disfrutar a todos.
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