Hace casi mas de una semana, el sábado 29 de septiembre, se dio en Salamanca en la Nave Bunker una cita con dos bandas increíbles, dos estilos muy diferentes e incluso de países distintos, pero unidas por la perfección de la ejecución con la que nos deleitaron a todos.
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| Todas las cuerdas de «Injector» |
Los primeros en salir al escenario fueron los murcianos «Injector» con mucha tralla thrash, este cuarteto salió con muchas ganas a presentarnos sus discos, ya que era la primera vez que estaban por tierras charras. Estaban muy dentro de su estilo con canciones rápidas, punteos asalvajados y agudos, un trabajo de guitarras sobresaliente acompañado de un voz fuerte con unos coros que le daban más potencia aún. Y con una batería que no nos daba ni un minuto de descanso, con una caja explosiva que destrozaba Anibal para crear ese inicio y al que se sumaban las cuerdas de Mafy con un bajo atronador y con unas líneas gordas que llenaban el espacio para dejar que las guitarras de Dani y Danny lanzasen os riffs y los punteos tan esperados en este genero. Sumar la voz de Danny para acabar con un resultado al que añadir los decimales de los coros de Mafy para acabar de tener una cifra redonda con esta banda que hizo que recordara porque me gusta el thrash, sobre todo en directo.
FOTOS INJECTOR
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| Burial Invocation |
Para cerrar la noche los de Turquía, «Burial Invocation» con una formación de power trio salieron para cambiar por completo el ritmo y el ambiente. Con un sonido acojonante y super limpio, sin ningún tipo de pedal, conectados a los amplis y a sonar, destruyeron nuestras almas con su oscuridad. Sonaban abrumadores y llenaron cada rincón de la sala, tanto en instrumentos como en voz, ya que tanto las membranas, como el increíble trabajo de platos, el bajo con un sonido potente y la guitarra afilada como la guadaña del Segador creaban la experiencia que vivimos, yo era incapaz de hacer fotos de lo hipnotizado que me tenían, y es que la música te atrapaba como un ataúd de terciopelo atrapa a un muerto, para no dejarle salir nunca.
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