Hacia dos años (creo) que no volvían por tierras charras y la verdad es que ha sido una vuelta triunfal, doblando la cantidad de publico presentaron su tercer trabajo, así como tocaron casi todos los temas de sus anteriores discos.
Nada más empezar ya nos tenían a todos en el bolsillo y es que es difícil resistirse al sonido que producen. Y es que en este trió cada uno de ellos destaca en su papel aunque la voz cantante la lleve la guitarra principal, ya que casi todo el peso de la canción recae sobre ella y la espectacular manera de tocar de su dueño, haciendo un uso brutal del Slide y de los cambios de tono de la guitarra. Embelesaba con su mano izquierda y sus movimientos que parecían erráticos pero estaban todos medidos al milímetro. Mientras con al derecha acariciaba cada cuerda para crear ese sonido particular de oscuridad que rodeada cada tema.
Al bajo le vimos cambiar de instrumento tres veces, desde uno que todavía no se como se llama, consistente en un perolo con un palo y una cuerda, siendo el más exótico de los tres y el que da el característico sonido de la formación. A un bajo que parecía casero de tres cuerdas y una guitarra que usaba como bajo eléctrico, pero que no se centraba en tocar solo las cuerdas de arriba también se le veía cambiar y bajar.
Dejo para el final al batería y es que su hacer era tremendo, rápido, preciso y sin descanso. Su base era la que nos atrapaba para que las cuerdas acabasen con nosotros. Y es que este gigante de la percusión era digno de ver, ya no solo por como tocaba si no por como vivía cada canción, puede que el vocal al estar delante y de pie llamase más la atención con sus gestos, pero si nos parábamos un segundo y mirábamos a las sombras de donde venia el sonido del bombo, podíamos verle disfrutar con cada nota que generaba.
Espero que no tarden en volver.
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